Con el desarrollo de la sociedad y la tecnología, la gente ha visto crecer grandemente su nivel de bienestar material. Sin embargo, todavía estamos sufriendo los impactos negativos derivados de esto,
que ponen en peligro nuestra salud.
 
Los productos que comemos normalmente, tales como verduras y frutas, arroz, carnes y mariscos pueden estar muy contaminados con pesticidas, fertilizantes, hormonas y otras sustancias nocivas. A pesar
de que a corto plazo no producen todos los síntomas, a largo plazo estas sustancias pueden debilitar nuestro sistema inmunológico y dañar nuestra salud, e incluso la de la próxima generación. Una casa recién decorada podría estar llena de formaldehído y otros gases nocivos. En el menaje de cocina y en los juguetes se reproducen todas las bacterias.
 
El ozono es una sustancia fuertemente oxidante, que puede destruir rápidamente la estructura biológica de las bacterias, virus y otros microorganismos eliminándolos por completo. El tercer átomo de oxígeno de la partícula hace que la alta reactividad del gas, que fácilmente reacciona con las partículas de suciedad como olores, bacterias, virus, mohos y hongos, los divida en partículas más pequeñas y menos dañinas.
 
El ozono es 50 veces más efectivo y 3000 veces más rápido en su acción bactericida que el cloro.