Desde su origen, los campos magnéticos, es decir, los campos creados por cargas eléctricas en movimiento, han estado presentes en el universo y han jugado un papel importante en la formación de la vida. Por lo tanto, han acompañado al hombre desde los inicios, de hecho, la Tierra es un gran imán en sí mismo. Aunque las propiedades curativas de la magnetita han sido objeto de interés desde la antigüedad, fueron los descubrimientos del siglo XVIII en relación con el magnetismo y la electricidad los que marcaron el comienzo de los estudios de los efectos de los campos electromagnéticos sobre los organismos vivos.
 
Por desgracia, con el surgimiento de la civilización, se han creado muchos campos electromagnéticos artificiales. Los producen equipos y aparatos que usamos todos los días, por ejemplo, ordenadores, lavadoras, neveras, cables, etc. Además, el campo magnético natural de la Tierra interactúa con el cuerpo humano cada vez menos debido al confinamiento en edificios de cemento o la circulación por carreteras de asfalto. Todo esto tiene un impacto negativo sobre el biomagnetismo de la persona, y conduce a disfunciones. Como resultado, sufrimos de insomnio, neurosis y ansiedad, perdemos vitalidad y envejecemos prematuramente.
 
Nuestro bienestar puede mejorarse con las Pulseras Ti-energéticas Tiens, que armoniza los campos magnéticos que nos rodean y equilibra los iones negativos y positivos en el cuerpo humano. Una ventaja importante del campo magnético emitido es su permeabilidad, este penetra en todo el cuerpo, y por lo tanto afecta a todo tipo de tejidos.
Los efectos biológicos de los campos magnéticos son empleados por la magnetoterapia, y son utilizados tanto en la medicina convencional como en la alternativa.